En el entroido gallego, la gastronomía gira en torno al cerdo, ya que la matanza fue reciente.
El cocido, el lacón con grelos, la androlla, la cacheira, la morcilla, el caldo... y de postre filloas, leche frita, orejas, flores de carnaval, bolicos, morcilla dulce...
Hoy vamos a hablar de la morcilla gallega dulce, estás morcillas se hacían los días de matanza en las casas del rural gallego.
Os voy a contar más o menos cómo elaboraban este embutido antiguamente por aquí.
INGREDIENTES
Tripa gorda de cerdo
4-5 litros de sangre
3 kg de pan de días anteriores cortado en trozos
1,5 kg azúcar
Preparado de especias para morcillas (pimienta, canela, comino, clavo, nuez moscada y anís).
Sal
Uvas pasas, y piñones.
PREPARACIÓN
1- Empezaban por recoger la sangre del cerdo en un barreño muy limpio, donde previamente habían puesto un trozo de pan para que la sangre no se coagulara. La sangre también se revolvía en todo momento precisamente por el mismo motivo.
2- A esta sangre se le añadía pan, azúcar, grasa de cerdo con rustrido de cebolla, pasas, piñones, sal y la mezcla de especias para aromatizar (pimienta, canela, comino, clavo, nuez moscada y anís).
Normalmente, esta mezcla de especias las vendían en ultramarinos como preparado de "especias para morcillas" pero no se sabía lo que llevaban, era un secreto muy guardado.
3- Una vez tenían bien mezclado el amoado, rellenaban las tripas del intestino grueso del cerdo, que ya las habían limpiado muy bien, después de haber estado media mañana o más, lavándolas en el río.
4- A continuación las ponían a remojo en agua con trozos de limón aguardiente etc, para quitar todo olor que pudieran tener, incluso pasaban un vimbio doblado por las tripas para quitar una telilla que tiene la misma, también le daban la vuelta con este utensilio.
5- A la hora del rellenado y por precaución no las llenaban demasiado para que no reventaran al ponerlas a cocer.
6- Después las ataban en forma de “U” y pinchaban con una aguja fina por el mismo motivo (para que no reventaran)
7- Por último las colgaban de una vara que colocaban atravesando la boca de una olla con agua a punto de ebullición, las dejaban cocer lentamente.
Sabían que estaban cocidas al flotar.
Este proceso de elaboración de las morcillas me lo ha relatado mi madre como ella lo ha visto hacer en casa de mis abuelos.
8- Ahora tocaría degustar este manjar tan laborioso, para ello, una vez frías, se cortan en rodajas de un centímetro más o menos y se fríen en un poquito de aceite o manteca de cerdo, vuelta y vuelta.
Buen provecho!
Te vas a chupar los dedos!!
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