Los mejillones son un marisco espectacular por precio, cualidades nutricionales y sabor, es un marisco muy agradecido, admite infinidad de elaboraciones, pero si ya abiertos al vapor están tremendos, si le hacemos una salsita ya no digamos, “comida de Dioses” están buenísimos de todas las maneras y lo mejor de todo es que podemos encontrarlos en el mercado todo el año a muy buen precio, y de paso consumimos de lo nuestro, producto de aquí, de proximidad, también una forma de cuidar del medio ambiente sin esfuerzo.
Cuando veo latas de mejillones chilenos en el supermercado no lo puedo entender, deberíamos tomar conciencia en este sentido y dejar de consumir ese mejillón importado, para distinguirlo solo tenemos que mirar si tiene el sello de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Mexillón de Galicia en el empaquetado de las latas y también donde pone los ingredientes, tiene que poner MEJILLONES MYTILUS GALGALLOPROVINCIALIS si pone MEJILLONES MYTILUS CHILENSIS es que ese mejillón es de fuera, no te fíes de que en la lata ponga fabricado en las rías gallegas, es una manera de publicidad engañosa, que lleva a creer al consumidor que son de aquí, cuando en realidad solamente están fabricados en Galicia pero con producto de fuera. Te recomiendo que eches un vistazo siempre que vayas a comprar mejillones en conserva, ganarás en calidad y sabor y de paso contribuyes a ayudar al medio ambiente y a nuestros trabajadores del mar que bien merecido lo tienen, no me dirás que no son todo ventajas.
Vamos con la receta que nos ocupa hoy, esta receta viene a ser unos mejillones en salsa de vieira un poco diferentes a la receta convencional, pero con el toque personal de mi familia que lleva haciéndolos así toda la vida por lo ricos que quedan. Si te animas a elaborarlos de esta forma te garantizo que la repetirás a menudo y se quedara en tu casa.
INGREDIENTES
• 5 kilos de mejillones • 1 vaso de vino ribeiro • aceite de oliva • 1 cebolla grande • 3 dientes de ajo • 1/2 pimiento rojo grande • perejil • 200 g tomate frito • 1 cucharadita de postre de pimentón dulce • 1 hoja de laurel • orégano • 2 clavos de olor • 1 chorro de vinagre blanco • 1 chorro de vinagre de Módena • 1 cucharadita de azúcar
PREPARACIÓN
Empezamos lavando los mejillones y poniéndolos a abrir en una olla, cuando se abran, los sacamos de sus conchas y reservamos.
En una cazuela, añadimos bastante aceite de oliva, y freímos los mejillones que teníamos reservados moviendo la cazuela constantemente para que no se peguen y se rompan, cuando se haya evaporado el agua y los notemos más pequeños ya estarían, reservamos de nuevo.
Ahora picamos la cebolla, el pimiento, el perejil, y añadimos un poco de sal.
Ponemos a calentar en una cazuela el mismo aceite de freír los mejillones que tendremos que completar con un poco más, ya que los mejillones absorben bastante y tienen que quedar cubiertos de salsa una vez cocinados.
Cuando lo tengamos bien caliente añadimos las verduras picadas y dejamos que se vayan pochando a fuego lento.
Cuando este todo bien pochadito añadimos el tomate frito el pimentón (podemos añadir una pizca de pimentón picante si nos gusta) la hoja de laurel, el orégano, los clavos, el vaso de vino y un chorro de cada uno de los vinagres (vinagre blanco y Módena) ya por último la cucharadita de azúcar.
Dejamos que se evapore el vino y el vinagre un poco, luego añadimos los mejillones y, dejamos cocer a fuego lento hasta que los mejillones den un hervor e integren sabores.
Este guiso está más rico al día siguiente, ya que los mejillones cogen el sabor de la salsa. Recomiendo servirlos a temperatura ambiente o templados, eso sí una vez que se enfríen hay que guardarlos en la nevera hasta el momento de su consumo, sacándolos un poco antes para que se vayan atemperando.
Acompañados con unas patatas cocidas, arroz blanco o incluso unas patatas fritas, están para chuparse los dedos.
Buen provecho!
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