La Bica para mí es uno de los mejores bizcochos que existen, pero no sólo para mí , la mayoría de la gente que la prueba por primera vez opina lo mismo. He visto infinidad de veces como personas que nunca la habían probado alucinaban con su sabor al comerla por primeira vez y automáticamente decian “me tienes que dar la receta” y no es para menos, ya que el sabor que le aporta la manteca cocida de vaca es inigualable.
Cuándo doy un bocado a este dulce inevitablemente vienen a mí recuerdos muy bonitos de cuando mis hijas eran más pequeñas y nos íbamos algunos fines de semana de invierno a Manzaneda a jugar con la nieve, pasar gran parte de la tarde jugando con las niñas a hacer muñecos de nieve, peleas de bolas y tirarnos por las pendientes con un pequeño trineo o incluso con una simple bolsa de plástico de las de la compra, con que poco eran felices.
Pero cuando el frío empezaba a pasar factura y teníamos las manos entumecidas, era momento de recoger los bártulos y bajar a Pobra de Trives a tomar un chocolate calentito y un buen trozo de bica en cualquier pastelería del lugar.
Ese momento era tan reconfortante que casi se convertía en mágico. Creo y no me equivoco en que esos recuerdos tan bonitos quedarán en la memoria de mis hijas para siempre y con el pasar de los años lo recordarán como un momento muy especial.
La receta de hoy no es la de la Bica tradicional más laboriosa de preparar, sino una mucho más sencilla pero igual de rica que la clásica.
La he llamado falsa bica, ya que a diferencia de la tradicional, lleva agentes leudantes y nata, ingredientes que nunca se le ponen a la de toda la vida.
La tradicional lleva masa de pan entre sus ingredientes, de ahí que sea mucho más laboriosa.
La receta que os presento hoy me la ha dado una amiga de Pobra de Trives y es una delicia, porque como todo en la vida, poco a poco va cambiando y los tiempos actuales nada tienen que ver con los de antes, ahora la mayoría siempre vamos con prisas y no tenemos tiempo a ponernos con recetas muy elaboradas, por eso nació esta receta que tiene el sabor de antaño, pero se hace en un momento, es estupendo no tener que renunciar a un dulce tan bueno por falta de tiempo.
Lo que si os recalco es que hay que elaborarla tal cual os pongo aquí, la nata es imprescindible para emular la característica miga de la Bica tradicional más densa que los bizcochos típicos y otro de los ingredientes que no son negociables es la manteca cocida de vaca, sin ella nunca va a tener el sabor especial de la Bica.
Si no la encontráis podéis hacerla vosotros en casa, es muy fácil, receta aquí.
Otra cosa que no suele llevar es la rayadura de limón ni el anís, para no enmascarar el sabor de la manteca de vaca, que debe ser el protagonista absoluto en este dulce de la Ribeira Sacra.
Con un poquito de canela con azúcar para que haga costra por encima será suficiente como aromatizante.
Ingredientes:
4 huevos
400 g azúcar
400 g Harina Bizcochona
200 g de manteca de vaca cocida Deleitar
200 g de nata líquida
Preparación:
1-Lo primero que haremos es precalentar el horno.
2-Ahora batimos la manteca ligeramente derretida y fría con el azúcar hasta blanquear.
3-Añadimos los huevos de uno en uno, integrando el primero antes de añadir el siguiente, así con todos.
4-Añadimos la harina tamizada yo uso harina Bizcochona que ya lleva incorporada la levadura química, pero también podéis usar 400 g de harina con un sobre de levadura química.
5-Por último, añadimos la nata y la integramos perfectamente.
6-Ponemos el papel en el molde y echamos la masa, la cubrimos con una capa de azúcar y canela.
7-Horneamos 35 minutos a 180 grados.
8-Servimos acompañada de una copita de licor café para redondear la exquisitez.
Buen provecho!
Te vas a chupar los dedos!